MAL FINAL ENTRE AFA Y MARADONA. SÓLO SI GRONDONA SE VA, EL FÚTBOL NACIONAL PUEDE RECUPERAR SU LUGAR
No por anunciada causa menor efecto. La AFA decidió, este martes (27), no renovar el contrato con Diego Armando Maradona en su condición de director técnico de la Selección Nacional de fútbol, a la que condujo en la reciente Copa Mundial Sudáfrica 2010.
La medida, esperada tras el encuentro de un día antes, entre el legendario “10” y el mandamás absoluto de la casa del fútbol, Julio Humberto Grondona, fue anunciada por el jefe de prensa afista, Ernesto Cheques Bialo, al fin de cuentas bastante afín con todo aquello que ha “distinguido” este proceso.
El tema dará mucha tela para cortar, de aquí en más.
Lamentablemente, una vez más, adquiere relevancia lo de la AFA por su “costado” menos positivo. Algo que desde hace rato sucede tanto en el predio de Ezeiza como en las oficinas de la calle Viamonte. Sin que haya, siquiera, un resquicio para encontrarle a la cosa algo rescatable.
Maradona es lo que es; y no de ahora. Aún así, respondiendo a sus propio “espíritu”, o a cierto “reclamo popular”, nunca bien clarificado, Grondona (¿quién sino él?) lo nominó para suceder la nada del bahiense Alfio Basile en su último paso por la Selección. Sabía a qué se enfrentaba; o en qué manos dejaba al equipo que alguna vez, hace tiempo y a lo lejos, fue un indiscutido orgullo nacional.
No fue por cierto un aliciente el tránsito en las eliminatorias (ya venía torcida la cosa). Y aún evitando el repechaje, la clasificación fue angustiosa; “de última”, como se estila decir.
Lo siguiente, antes de ir a Sudáfrica, tampoco fue como para engolosinarse; aunque el espíritu de cuerpo, y cierta convivencia en la lejanía del país sede de la copa, ayudaron a disimular el “cuadro de situación”. Y, es también cierto, la serie “regular”, la de 3 partidos, levantó el ánimo. Con sus falencias, también el triunfo ante México. Después, la debacle; la depresión del 0/4 ante Alemania.
Aquí, muy al estilo nuestro, buen recibimiento… y lo que sigue, enmarcado en esa hipocresía que todo lo minimiza o lo magnifica, según la conveniencia de unos y otros. Hasta este episodio: penoso; lamentable; bien “a la argentina”; como a la medida de ese personaje que todo lo que resuelve a su antojo; y la anuencia “a pleno”, de otros 27 obsecuentes del “sí don Julio” que viene de por lo menos 30 años atrás.
Entonces, Cherquis Bialo, un empleado –no importa su jerarquía ni lo que cobra– es el que “da la cara” (la tiene, claro, también para eso) y explica lo que no tiene explicación válida: que la AFA (Grondona, sólo él) decidió en forma unánime, no renovarle su contrato a Maradona.
Y dice entonces que el “Checho” (Sergio) Batista dirigirá al plantel argentino frente a Irlanda dentro de sólo 15 días (el 11 de agosto), según nómina entregada por Diego (¿puede permitirse que algo así suceda?).
Señala, porque su verborragia le da para todo, que Bilardo sigue, porque tiene contrato por año y medio más y está trabajando en un plan de búsqueda de talentos futbolísticos. Extrañamente, se le escapa que, aún así, y siendo el director general de selecciones, “no tiene que ver con los fútbolístico” (¿qué; cómo?).
El vocero agrega que no tiene información sobre todo lo demás (ni sobre futuro técnico ni nada que se le parezca); y que la nominación del nuevo técnico no es prioridad (¿qué?), aunque esperan compromisos nada menos que ante el campeón del mundo (España) aquí; y frente a Brasil, más tarde.
Alude olímpicamente a otro absurdo, como que Maradona, hasta ayer (¿hoy?), empleado también de AFA (sin que interese demasiado en qué condiciones) se enterará de su desvinculación por el anuncio que el propio Cherquis Bialo está haciendo está haciendo ante cámaras.
Entonces, desde el otro lado de la pantalla, y después de escuchar como Elio Rossi, por C5N, destila su “anti-maradonismo” a ultranza, uno no puede sino pensar que mal anda todo.
¿Por qué?. Por la forma en que se resuelven las cosas. Porque AFA puede tener todo el derecho del mundo de elegir a quienes contrata. Pero no lo tiene para exigir que, lo quiera o no ya como técnico de su Selección, trabaje con aquellos “colaboradores” que le impongan. Y como eso, todo lo demás.
El mundo del fútbol nacional no adolece del “mal Maradona”, con todos sus caprichos, toda la soberbia y ¿por qué no?, la mala educación de la que ha hecho gala desde siempre, ante propios y extraños.
Sin embargo, para que los males no sean, como está ocurriendo y no de ahora, moneda corriente, la cosa debe empezar por sincerar, puertas adentro, todo aquello que anda mal en AFA en su conjunto. Bastaría echar una mirada a esta misma época del año anterior, para recordar aquello del “fútbol para todos”, urdido para dejar de lado a TyC Sports y su participación en el fútbol doméstico superior. ¿Estará acaso en revisión?.
Y más: ¿puede concebirse que en el principal negocio deportivo, porque el fútbol lo es, todavía siga Grondona dominando la escena?, cuando pasaron más de 30 años.
Empiezan a barajarse nombres y es otro tema (al que Cherquis le niega prioridad, aunque la tiene): Alejandro Sabella, Diego Simeone, Miguel Angel Russo… y seguramente habrá otros.
Mal, porque merecía otro final, concluyó ya la etapa Maradona. Habrá que pensar, seguramente, en el “ídolo” derrumbado, perdidos sus sueños de nueva gloria (tema tampoco menor). ¿No habrá sentido común, en la prontitud, para que alguien reclame que con ese ciclo también termine el de Grondona?.
No aprovechar la ocasión, casi, sería poco menos que imperdonable. Hacerlo, sería algo así como empezar un nuevo camino. Con otra mentalidad; otra conducta… precursora de un mejor futuro. El fútbol, pasión sin duda, lo reclama…
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