SE CAMBIA PARA NO CAMBIAR
No hay caso. Olimpo, con su particular dirigencia (entiéndase, ahora Sergio Zabaloy; como antes Jorge Eduardo Ledo), vuelve a transitar el mismo camino. De cara a lo que será su incursión, por tercera vez desde el 2001, en la Primera B Nacional, insiste en la mecánica equivocada. Esto es, privilegiar la presencia de jugadores foráneos antes que la promoción de sus figuras jóvenes, las de un semillero con falta de estímulos, porque todos los años pasa lo mismo: vienen “los de afuera” (necesarios, es cierto, no decimos que no) y postergan a los que ya están.
Según los comentarios que se escuchan (saben los lectores que esa misma dirigencia nos ha negado acreditación como periodistas, algo que nos permitiría tener información de fuentes confiables; y no obstante el medio siglo largo que nos avala en la función) ya habría algunas incorporaciones confirmadas.
Hasta lo que es trascendido (si lo escuchamos por radio debemos tomarlo así), habrían llegado estos jugadores: Cristian Villanueva, Gabriel Oyola, Marcelo Barreña, Juan Santiago Carpinello y Facundo Diz.
Se sumarían Sebastián Malandra y Jorge Cervera. Y ya estaría confirmada la presencia de Emanuel Fernández Francou.
A ellos hay que agregar a Matías Ibáñez y Jorge Martínez, sobrevivientes del equipo descendido de la Primera A; y a Diego Flamenco, que firmó su primer contrato.
Casi es superfluo, a esta altura, recordar que ya se fueron Leandro González y Federico Mancinelli; y que tampoco estarán Gustavo Pinto y Marcelo Perugini, a quienes se daba en un principio como dispuestos a arreglar su continuidad. Es una obviedad que también se fue Matías Villavicencio, uno de los que Daniel Florit hubiera deseado tener en su plantilla.
Se insiste sí en que vendría nuevamente Cristian Tavio, aunque sitios de Internet lo dan como continuando su carrera en algún equipo del Gran Buenos Aires. En las últimas horas, no se sabe si con algún fundamento, ha vuelto a citarse a Rogelio Martínez.
Hasta lo que parece un hecho, este jueves (17) el grupo disponible estaría viajando a Mar del Plata, lugar elegido para la pretemporada. En la feliz se sumarían algunos retrasados en llegar y otros que están en conversaciones.
Las caras nuevas, tal es la costumbre, abren un interrogante. Aunque parezca un contrasentido eso no supone un cambio. Por el contrario, marca que las lecciones no se aprenden. O lo que es peor, no hay interés en modificar el rumbo a partir de las experiencias fallidas que ya son demasiadas.
Según los comentarios que se escuchan (saben los lectores que esa misma dirigencia nos ha negado acreditación como periodistas, algo que nos permitiría tener información de fuentes confiables; y no obstante el medio siglo largo que nos avala en la función) ya habría algunas incorporaciones confirmadas.
Hasta lo que es trascendido (si lo escuchamos por radio debemos tomarlo así), habrían llegado estos jugadores: Cristian Villanueva, Gabriel Oyola, Marcelo Barreña, Juan Santiago Carpinello y Facundo Diz.
Se sumarían Sebastián Malandra y Jorge Cervera. Y ya estaría confirmada la presencia de Emanuel Fernández Francou.
A ellos hay que agregar a Matías Ibáñez y Jorge Martínez, sobrevivientes del equipo descendido de la Primera A; y a Diego Flamenco, que firmó su primer contrato.
Casi es superfluo, a esta altura, recordar que ya se fueron Leandro González y Federico Mancinelli; y que tampoco estarán Gustavo Pinto y Marcelo Perugini, a quienes se daba en un principio como dispuestos a arreglar su continuidad. Es una obviedad que también se fue Matías Villavicencio, uno de los que Daniel Florit hubiera deseado tener en su plantilla.
Se insiste sí en que vendría nuevamente Cristian Tavio, aunque sitios de Internet lo dan como continuando su carrera en algún equipo del Gran Buenos Aires. En las últimas horas, no se sabe si con algún fundamento, ha vuelto a citarse a Rogelio Martínez.
Hasta lo que parece un hecho, este jueves (17) el grupo disponible estaría viajando a Mar del Plata, lugar elegido para la pretemporada. En la feliz se sumarían algunos retrasados en llegar y otros que están en conversaciones.
Las caras nuevas, tal es la costumbre, abren un interrogante. Aunque parezca un contrasentido eso no supone un cambio. Por el contrario, marca que las lecciones no se aprenden. O lo que es peor, no hay interés en modificar el rumbo a partir de las experiencias fallidas que ya son demasiadas.
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