EL LEGENDARIO JUAN CURUCHET Y WALTER PÉREZ GANARON EL PRIMER ORO PARA ARGENTINA




Nos vamos a permitir reproducir, porque bien lo vale la ocasión, el material que ha producido Carlos Alfano, enviado especial de Télam a los Juegos Olímpicos. Lo hacemos entendiendo que el oro olímpico logrado en ciclismo es algo así como el desmentido a tantas pálidas (escuchadas por allí) sobre la pobre gestión argentina en Beijing 2008. Alguna vez se entenderá que las representaciones nacionales trasuntan la realidad del país. Detrás de los sueños olímpicos hay un esfuerzo cierto de los deportistas que son protagonistas. Algunos superan falencias estructurales; otros no. Lo de Curuchet y Pérez fue exitoso. El bronce logrado por Paula Belén Pareto apareció como proeza. La Selección de fútbol está en la final, después del 3 a 0 ante Brasil. Las Leonas por un lado; y el básquetbol por otro, aspiran llegar, semifinales mediante, las de este miércoles (20). ¿Será hora de ver un poco, también en esto (deportivo) el vaso medio lleno?.

El legendario Juan Esteban Curuchet, a los 43 años, y Walter Pérez protagonizaron hoy (martes 19) una hazaña para el deporte argentino, al conquistar la medalla de oro en la prueba americana de ciclismo de los Juegos Olímpicos de Beijing, la primera en la historia nacional de este deporte.
La sexta fue la vencida para Juan Curuchet, quien pocas veces pudo contener la emoción durante la inolvidable ceremonia del podio, en la que recibió la medalla de oro y escuchó, por primera vez en estos juegos, el Himno Nacional Argentino, mientras la bandera celeste y blanca ascendía a lo más alto del Laoshan Velodrome de Beijing.

El ciclista marplatense jamás había podido subirse al podio en sus cinco anteriores presentaciones olímpicas: Los Ángeles ’84 (5º), Seúl ’88 (5º), Atlanta ’96 (16º), Sydney 2000 (7º) y Atenas 2004 (9º).
Pero hoy todo fue distinto, porque los argentinos dominaron la competencia durante la mayor parte de las 200 vueltas y concluyeron con un triunfo merecido, anhelado y festejado largamente, luego de un sacrificio que, en el caso de Curuchet, se extendió por más de 24 años hasta conseguir el resultado.
Argentina siempre se mantuvo dentro del primer pelotón de la competencia y rápidamente le sacó una vuelta de ventaja a la mayoría de los equipos, como Italia, Bélgica –que ganó varios embalajes y sumó la mayor cantidad de puntos, con 17- y Alemania, entre otros.
La dupla Curuchet-Pérez manejó la carrera con inteligencia, en el tercer ‘sprint’ obtuvo los primeros cinco puntos y, a partir de allí, no abandonó nunca más el lidezago, hasta subirse al podio.
El duelo principal se dio con España, que conformó un equipo de gran nivel con Joan Llaneras y Antonio Tauler, quienes finalmente se quedaron con la medalla de plata, y Rusia, con Mikhail Ignatyev y Alexei Markov, que recibió la de bronce.
Los españoles llegaron a emparejar el primer puesto en el sexto embalaje, cuando sumaron cinco puntos. Pero rápidamente los argentinos realizaron un nuevo esfuerzo, sumaron una unidad más en el ‘sprint’ siguiente y ampliaron su ventaja en el octavo, con otros nuevos dos puntos.
El esfuerzo de los ‘rojos’, que pedalearon intensamente sobre el final, no les alcanzó, pese a sumar dos puntos en el último ‘sprint’. La ventaja de la dupla argentina era de 8 contra 7. No había desempate posible. Sólo cabía festejar.
Las manos de Curuchet y Pérez se juntaron y sus bicicletas circularon paralelas en la “vuelta de celebración” sobre la pista del Laoshan Velodrome. A los costados, un grupito envuelto en ‘celeste y blanco’ gritaba, agitaba sus banderas y lloraba de emoción.
La ceremonia de premiación, el himno argentino y la bandera nacional en lo más alto fueron instantes imborrables para quienes protagonizaron la hazaña y, también, para quienes la presenciaron.
Curuchet se tomó el rostro cuando subió al podio para recibir su medalla y sólo dejó de llorar cuando escuchó el himno. Pérez le dedicó el oro a su madre, que lo ayudó “desde el cielo”. Fue el día en que la leyenda y la hazaña argentina se encontraron en Beijing.

"ES EL MOMENTO MÁS FELIZ DE MI VIDA", DIJO CURUCHET

A los 43 años, el marplatense Juan Curuchet le dio un broche de oro a su carrera deportiva, se subió a lo más alto del podio en la Prueba Americana o Madison del ciclismo de los Juegos Olímpicos de Beijing y le agradeció “a la vida” por haberse despedido con semejante hazaña en su sexta participación olímpica.
“Este es el momento más feliz de mi vida, un sueño que tenía con Walter y que finalmente se nos dio. Antes de la competencia había dicho: ‘Dios, si existís, dame una prueba’. Y me la dio, ¿qué más puedo pedir? Simplemente, gracias a la vida que me ha dado tanto”, expresó, muy emocionado, Juan Curuchet, el representante argentino con más presencias en Juegos Olímpicos.
“Mi ‘viejita’ (madre), que ya tiene unos cuantos años, había ido hasta la Vírgen de Salta para que se cumpliera una promesa. Y se cumplió. Estoy realmente muy feliz”, le comentó a Télam el ciclista
marplatense.
Curuchet había batido el récord de participaciones olímpicas anteayer (domingo 17), cuando se presentó sin demasiado éxito en la prueba por puntos del ciclismo, aunque todas sus expectativas estaban puestas en la prueba de hoy. “La verdad es que me había quedado mal el otro día, pero hoy nos levantamos derechos, vi que las piernas me giraban, que estábamos muy bien”, contó.
“Entonces salimos a la carrera y vimos que en la vuelta treinta, ya los pasábamos y los pasábamos… Entonces nos dimos cuenta de que teníamos que atacarlos, porque después, sobre el final, todos iban a poner más garra. Pero ellos dudaron al comienzo y nosotros les sacamos una vuelta enseguida”, relató, respecto de la carrera.
Curuchet reconoció que no habían pensado en pelear por el oro cuando se inició la competencia, pero inmediatamente se dieron cuenta de que la posibilidad de construir una hazaña no estaba lejos y, fiel a su característica, pedalearon hacia adelante.
“La verdad es que habíamos dicho: ‘Vamos por cualquier medalla’. Pero cuando iban 140 vueltas y vimos que los otros países, las potencias del ciclismo, estaban en crisis, pensamos que ésta era la nuestra. Y lo demostramos sacándole una vuelta a casi todos. Merecimos este triunfo, porque no regalamos nada”, aseguró Curuchet, quien anunció su retiro de las competencias internacionales, aunque aclaró que se despedirá en nuestro país.
“Me voy a despedir con algunas carreras en Argentina. Sé que es un sacrificio más, pero me tengo que despedir de mi gente, en la carrera de Lomas, San Juan, Mendoza, Bragado… Lo voy a hacer porque se los prometí. Mi gente me quiere ver y lo voy a hacer por ellos”, aseveró.
Curuchet se descompuso una vez concluida la competencia, por lo que debió ser asistido por el médico de la delegación nacional. “Cuando faltaban 30 vueltas, el estómago se me había subido a la garganta. Ya no tengo 20 años”, respondió, con humor.
En su nueva condición de campeón olímpico, el ciclista récord argentino seguramente recibirá varias ofertas para competir en el exterior, aunque el flamante ganador del oro ya tiene decidido su futuro inmediato: “Habrá miles de ofertas para un campeón olímpico, pero esto se disfruta en mi país y con mi gente”, sentenció.
A su regreso, Curuchet pidió “un autobomba roja, un Mercedes y una 11-14 para recorrer mi ciudad, Mar del Plata”, en una celebración que seguramente será inolvidable. “¿Qué deportista no se quiere retirar con un oro olímpico? Ese era el sueño de toda mi vida. A los 39 años fui campeón mundial y a los 43, campeón olímpico. Ahora, sólo quiero disfrutarlo con mi gente”, indicó.
Finalmente, sostuvo que pretende continuar vinculado al ciclismo como entrenador. “Hice mi esfuerzo y les dejé mi mensaje. Me gustaría ser director técnico y enseñarles a los chicos las cosas que aprendí. Y que se invierta para un proyecto de ocho o doce años, en el que se trabaje con jóvenes del semillero, en el mediano y alto rendimiento. Porque el ciclismo debe seguir creciendo”, concluyó.

PÉREZ: “COMO DIJE EN RÍO, MI VIEJA ME AYUDA DESDE ARRIBA”

Walter Pérez desbordó de alegría, como todos los argentinos presentes en estos Juegos Olímpicos de Beijing, quienes se emocionaron cuando el ciclista recordó a su madre, asegurando que lo ayuda “desde arriba”.
“Esto es algo increíble, es el sueño de 28 años de carrera en la última olimpiada de Juan, la última gran chance y como dije en Río mi ‘vieja me esta ayudando desde arriba”, señaló Pérez.
“Gracias a Dios pudimos conseguir esta medalla de oro, que tiene el doble de valor por lo difícil que es todo para los deportistas amateurs en Argentina”, agregó.
A la hora de hacer un balance de la competencia Pérez le dio un respito a los festejos e hizo un breve comentario del camino hacia la medalla de oro.
“Luchamos desde el principio y pusimos todo, hasta lo que no teníamos porque nos atacaron todos los equipos y tratamos de correr de manera inteligente, por suerte lo logramos y ahora estamos festejando”, sentenció.

LOS DIRIGENTES TAMBIÉN LLORAN

Con lágrimas en los ojos, que en algunos casos se convirtieron en llanto, una decena de integrantes del staff de la delegación argentina celebró la hazaña realizada por Juan Esteban Curuchet y Walter Pérez, quienes lograron la medalla de oro en la prueba Madison de ciclismo, el mayor logro nacional en este deporte en la historia de los Juegos Olímpicos.

“Estoy emocionadísimo, quebrado. Me conmueve la forma en que ganaron, porque salieron a buscar el oro desde el principio. Demostraron en la pista que son campeones con mayúsculas. Y Juan Curuchet es un ejemplo enorme, porque con la edad que tiene, acaba de darle un ejemplo a todos los jóvenes deportistas de nuestro país”, le dijo a Télam el segundo jefe de misión, Mario Moccia, con
voz entrecortada por la emoción.
“Dejaron todo y era imposible no hacerlo, porque acá están los mejores del mundo. Fue una carrera durísima, en la que hubo que coordinar cada movimiento y sostener las energías, porque si se distraían automáticamente podían quedarse afuera. Demostraron que son grandes de verdad y, sobre todo, Juan (Curuchet), que lo buscó toda la vida y lo logró en su último Juego”, agregó Moccia, quien ya no pudo seguir hablando.
Banderas argentinas que se agitaban, brazos en alto y gritos de “Ar-gen-tina, Ar-gen-tina” acompañaron la vuelta de celebración de la dupla nacional que acababa de hacer historia en el Laoshan Velodrome de Beijing, donde poco después Curuchet y Pérez vivirían el mayor orgullo de su vida deportiva al escuchar el himno argentino subidos a lo más alto del podio.
“Nunca lloré tanto en mi vida. Ellos consiguieron algo que nunca pude, pero hoy lo estoy viviendo a través de ellos. Ver la bandera en lo más alto del podio, que se escuche el himno argentino en un Juego Olimpico, es una sensación increíble. Estoy muy emocionada”, le dijo a Télam la ex patinadora Nora Vega, actual oficial de atletas de la delegación y, por lejos, la que más lloró durante la ceremonia.
La medalla de bronce conseguida por la judoka Paula Pareto en la primera jornada de los juegos y el flamante oro de los ciclistas Curuchet y Pérez le están dando a la Argentina una renovada confianza en el poderío individual de sus deportistas. Y así lo expresó Moccia: “Vamos a obtener más medallas, estoy seguro. Vamos a terminar coronando con éxito la participación argentina en estos
juegos”.

FOTO
Juan Esteban Curuchet y Walter Pérez: oro olímpico para la Argentina en Beijing 2008.

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