OLIMPO DE CARA AL 2009
Que Olimpo no terminó para nada bien el 2008 está a la vista. Duodécimo en las posiciones, al concluir la primera rueda del campeonato de la Primera B Nacional, no puede decirse que lo suyo haya estado a tono con anteriores presencias en la divisional de ascenso (de la que ha sido campeón), sino todo lo contrario.
Ahora, ya en pleno receso, algunos hechos van dando razón a aquello que hemos comentado en este blog, hasta el hartazgo, en tanto los “perioledistas” seguían afirmando que nada pasaba.
Fue malo el arranque del torneo (¿quién habrá elegido los refuerzos, que terminaron no siendo tales?); hubo una alentadora “meseta” de triunfos (seis en fila); y volvió lo de regular para malo, después de un paro que pudo ser evitado pero que se dejó avanzar, a propósito, por razones “político electorales”.
De la mano de esa campaña se diría que anormal, ha vuelto el “hace lo todo” (Jorge Eduardo Ledo) a dominar la escena, de la que nunca dejó de participar, aunque en la práctica haya procurado disimularlo con una transición ciertamente negativa para el club, en manos de un presidente “alterno” (Sergio Zabaloy), artífice de desaciertos en tropel.
Ahora, es tiempo de intentar recomponer el esquema, dentro del cual el único desfavorecido, sin duda, es el club, que está camino de su centenario, otra vez en las mismas manos, y con un futuro que no puede estimarse como halagüeño.
¿Por qué?. Porque la dirigencia encarnada en la figura de Ledo (a quien la entidad le debe muchos de sus logros, como el haber subido a primera y “aggiornar” totalmente su estadio, lo que no es poca cosa) tiene su ciclo cumplido. La renovación no ha sido tal y todo induce a pensar en que se repetirán los caprichos personales, que un poco de eso se trata.
Como comienzo de esta ¿nueva? etapa (de alguna manera hay que denominarla), ya ha habido “razzia”, entendiendo por tal las desvinculaciones en marcha.
Si no están mal entendidos los primeros pasos (con Ledo de por medio nunca se sabe; y con los “voceros” mucho menos), ya no estarán, entre otros: Marcelo Barreña, Ezequiel Amaya, Jorge Martínez, Federico Martínez, Sebastián Carrizo, Juan Carpinello, Ezequiel Malandra y Jorge Cervera.
Si bien en casi todos los casos las bajas estaban “cantadas”, la de Barreña deja entrever la posibilidad de alguna polémica, porque el jugador, que confiaba en hacer una buena pretemporada para estar en óptimo estado al iniciarse la segunda rueda, ha sido dejado de lado. Nada que pueda sorprender demasiado.
Se comenta, en otros órdenes, que Emiliano Dudar y Mauro Olivi estarían más afuera que adentro, por sus aspiraciones de acceder a otros niveles, con algunas ofertas que andarían dando vueltas por allí.
¿Cómo intentará el aurinegro revertir la pobreza de lo hecho?. Por ahora, pocos indicios. Como ha sido costumbre, se habla de jugadores que ya estuvieron: El “Chavo” Pinto; Marcelo Peruggini e incluso Martín Cabrera. Sin desechar el aporte que puedan hacer los nombrados, la política de volver siempre a lo mismo no parece la mejor. Claro que intentar como a mitad de año, antes de iniciar el camino del ascenso, tampoco parece haber sido muy afortunado.
Bueno sería que, de una vez y para siempre, algo cambiara en Olimpo, alejando las decisiones de lo que es meramente obstinación (leáse, capricho). ¿Utopía?. Y sí, porque años de experiencias fallidas no han encontrado remedio, hasta ahora. Pero siempre, siempre, hay una primera vez. ¡Ojalá!.
Ahora, ya en pleno receso, algunos hechos van dando razón a aquello que hemos comentado en este blog, hasta el hartazgo, en tanto los “perioledistas” seguían afirmando que nada pasaba.
Fue malo el arranque del torneo (¿quién habrá elegido los refuerzos, que terminaron no siendo tales?); hubo una alentadora “meseta” de triunfos (seis en fila); y volvió lo de regular para malo, después de un paro que pudo ser evitado pero que se dejó avanzar, a propósito, por razones “político electorales”.
De la mano de esa campaña se diría que anormal, ha vuelto el “hace lo todo” (Jorge Eduardo Ledo) a dominar la escena, de la que nunca dejó de participar, aunque en la práctica haya procurado disimularlo con una transición ciertamente negativa para el club, en manos de un presidente “alterno” (Sergio Zabaloy), artífice de desaciertos en tropel.
Ahora, es tiempo de intentar recomponer el esquema, dentro del cual el único desfavorecido, sin duda, es el club, que está camino de su centenario, otra vez en las mismas manos, y con un futuro que no puede estimarse como halagüeño.
¿Por qué?. Porque la dirigencia encarnada en la figura de Ledo (a quien la entidad le debe muchos de sus logros, como el haber subido a primera y “aggiornar” totalmente su estadio, lo que no es poca cosa) tiene su ciclo cumplido. La renovación no ha sido tal y todo induce a pensar en que se repetirán los caprichos personales, que un poco de eso se trata.
Como comienzo de esta ¿nueva? etapa (de alguna manera hay que denominarla), ya ha habido “razzia”, entendiendo por tal las desvinculaciones en marcha.
Si no están mal entendidos los primeros pasos (con Ledo de por medio nunca se sabe; y con los “voceros” mucho menos), ya no estarán, entre otros: Marcelo Barreña, Ezequiel Amaya, Jorge Martínez, Federico Martínez, Sebastián Carrizo, Juan Carpinello, Ezequiel Malandra y Jorge Cervera.
Si bien en casi todos los casos las bajas estaban “cantadas”, la de Barreña deja entrever la posibilidad de alguna polémica, porque el jugador, que confiaba en hacer una buena pretemporada para estar en óptimo estado al iniciarse la segunda rueda, ha sido dejado de lado. Nada que pueda sorprender demasiado.
Se comenta, en otros órdenes, que Emiliano Dudar y Mauro Olivi estarían más afuera que adentro, por sus aspiraciones de acceder a otros niveles, con algunas ofertas que andarían dando vueltas por allí.
¿Cómo intentará el aurinegro revertir la pobreza de lo hecho?. Por ahora, pocos indicios. Como ha sido costumbre, se habla de jugadores que ya estuvieron: El “Chavo” Pinto; Marcelo Peruggini e incluso Martín Cabrera. Sin desechar el aporte que puedan hacer los nombrados, la política de volver siempre a lo mismo no parece la mejor. Claro que intentar como a mitad de año, antes de iniciar el camino del ascenso, tampoco parece haber sido muy afortunado.
Bueno sería que, de una vez y para siempre, algo cambiara en Olimpo, alejando las decisiones de lo que es meramente obstinación (leáse, capricho). ¿Utopía?. Y sí, porque años de experiencias fallidas no han encontrado remedio, hasta ahora. Pero siempre, siempre, hay una primera vez. ¡Ojalá!.
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