MONTE HERMOSO Y LA PRESENCIA EN EL TNA
Por estructura y por competencia local, nadie pone en duda que Bahía Blanca es la capital nacional del básquetbol. Que notorios representantes (como lo han sido los campeones olímpicos surgidos de aquí) lo ratifican, tampoco está en discusión. Que a la hora de compaginar elencos poderosos para la divisional de elite hace rato que no está a tono, tampoco puede ponerse en tela de juicio. Aunque estén los que siempre nieguen esa realidad.
Que hay otros temas que prefieren evitarse, porque rozan intereses de siempre, también es igualmente cierto. Caso contrario, ¿por qué razón se negaría que aquí se hizo por dos veces la fiesta nacional del básquetbol en los ’80 (la fundacional en mayo de 1983), citándose que ahora, en este mes de julio, se hará la tercera edición, siendo que tuvo efecto también en 2007 y 2008?. Sabrán por qué lo hacen, los que la organizan.
Pero no es ese el tema. Sí, el abrupto cambio de decisión respecto de la participación de El Nacional en el próximo TNA.
Hasta lo que se supo, después de anunciar su retiro de la competencia, ha dicho que sí, que participará en la segunda divisional del baloncesto argentino, pro dos temporadas. ¿Por qué dos, precisamente?.
La gran responsabilidad en este cambio de actitud sería obra y arte de3l municipio de Monte Hermoso y su intendente, Alejandro Dichiara, motorizador de la posibilidad de revertir una situación que aparecía como irreversible.
Según se aludió, apareció un sponsor nacional que complementará el aporte que hará Monte Hermoso (municipio). Se ha especificado que el plantel se radicará en el balneario, una de las alternativas que parecía condicionar el respaldo que el equipo recibirá de la ciudad turística por excelencia de nuestra región.
Los primeros pasos parecen encaminados. Debe darse gracias a Monte Hermoso y a Dichiara de esta alentadora novedad, sin la cual la capital del básquetbol perdía su presencia en la división de ascenso. Todo demasiado claro. Como para que algunos, de una vez, “se bajen” de su soberbia.
Que hay otros temas que prefieren evitarse, porque rozan intereses de siempre, también es igualmente cierto. Caso contrario, ¿por qué razón se negaría que aquí se hizo por dos veces la fiesta nacional del básquetbol en los ’80 (la fundacional en mayo de 1983), citándose que ahora, en este mes de julio, se hará la tercera edición, siendo que tuvo efecto también en 2007 y 2008?. Sabrán por qué lo hacen, los que la organizan.
Pero no es ese el tema. Sí, el abrupto cambio de decisión respecto de la participación de El Nacional en el próximo TNA.
Hasta lo que se supo, después de anunciar su retiro de la competencia, ha dicho que sí, que participará en la segunda divisional del baloncesto argentino, pro dos temporadas. ¿Por qué dos, precisamente?.
La gran responsabilidad en este cambio de actitud sería obra y arte de3l municipio de Monte Hermoso y su intendente, Alejandro Dichiara, motorizador de la posibilidad de revertir una situación que aparecía como irreversible.
Según se aludió, apareció un sponsor nacional que complementará el aporte que hará Monte Hermoso (municipio). Se ha especificado que el plantel se radicará en el balneario, una de las alternativas que parecía condicionar el respaldo que el equipo recibirá de la ciudad turística por excelencia de nuestra región.
Los primeros pasos parecen encaminados. Debe darse gracias a Monte Hermoso y a Dichiara de esta alentadora novedad, sin la cual la capital del básquetbol perdía su presencia en la división de ascenso. Todo demasiado claro. Como para que algunos, de una vez, “se bajen” de su soberbia.
Comentarios
No hubiéramos querido "caer" con la más pesada a El Nacional, pero no hay duda que se merece el comentario.
Lo ocurrido es ubna demostración más de la endeblez de la plaza local.
Y no está mal lo que hace Monte Hermoso, con su intendente a la cabeza, pues aseguran promoción para el balneario (que es en buena medida el nuestro).
Lo ocurrido es un alertra. Y por si hiciera falta decirlo, también señala que la oxigenación debe llegar a la ABB, antes que sea demasiado tarde para cambiar.