MARATÓN SOLIDARIO: UNA FIESTA, SIN DUDA

Los feriados largos, a veces, no ayudan para que un evento atraiga más participantes. Sin embargo, la luminosa mañana de este domingo (16), la etapa intermedia de una de esas fechas del calendario que alarga descansos, fue la excepción, quizás, a la regla general.

Un informe, de los tantos brindados y los que seguirán ofreciéndose por algunos días, como cita referencial, dice que 2.636 fueron los protagonistas de la que se identificó como el Maratón Solidario de la Fundación “Manu” Ginóbili.

Ese dato, por si sólo, da cuenta del éxito de la convocatoria. Traducido en otros números, se ha señalado que se recaudaron 79.080 pesos y que la fundación aportará otros 50.000 pesos, ambos importes con destino a la Sala de Pediatría del Hospital Municipal “Leónidas Lucero” de nuestra ciudad. A ojos vista, otro objetivo largamente cumplido.

Otro hecho para resaltar: como no podía ser de otra manera, en la larga fila de los que hicieron el recorrido (algunos en competencia, a través de 8 kilómetros; otros en caminata, por un itinerario de 3.500 metros) se vio al propio “Manu” (imposible que pasara desapercibido). Y ese es un signo que “le cae bien a la gente”, que así lo manifestó.

Ya en lo estrictamente “competitivo”, hubo un nombre que apareció (no está corriendo pruebas “oficiales”, hasta lo que tenemos entendido, por alguna situación nunca definitivamente bien desmenuzada) a la cabeza de la clasificación, como ha sido virtualmente su costumbre en años; José Luis Luna, repetido triunfador en las más clásicas pruebas pedestres de la ciudad y un poco más.

Ulises Sanguinetti, de Tres Arroyos, otro abonado a lugares de podio, fue segundo; y tercero quedó el brasileño Leonardo Da Silva.

Entre las mujeres, en tanto, nuevamente Lucrecia Ortíz, de General Cerri, hizo honor a sus antecedentes, ganando la prueba. Le siguieron Marcela Greco y Romina Sorten.

Todo fue “a pedir de Boca”, como suele definirse cuando algo sale “redondito”: buen clima; mucha participación; positivo aporte solidario; y diagramación cumplida en todas sus alternativas.

El “lunar”, no reprochable al buen espíritu de quienes promovieron el maratón de este tercer domingo de agosto, fue el corte de tránsito. En esencia, podría definirse como correcto, pero no lo fue la ejecución.

La casi abusiva prohibición de circular, dio lugar a todas las trasgresiones habidas y por haber. Porque hubo vehículos moviéndose en abierta contramano, apareciendo de improviso por donde nadie puede esperarlos; porque hubo “concesiones” para algunos para hacer lo mismo que se impedía a otros; porque hubo “motorizados con pecheras personalizadas” que se movieron en infracción; y porque, por si todo lo otro fuera poco, alguno que otro “inspector” hizo gala de la prepotencia que suele acompañar a ciertos “abusos de autoridad”. En síntesis, la “perla negra” que podría haberse evitado con el mero ejercicio del sentido común.

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