LOS 100 AÑOS DE OLIMPO, SE “VIENEN” CON HIPOCRESÍA Y POCA MEMORIA
El pasado jueves (15) se cumplieron 99 años de la fundación del club Olimpo. Sin duda que iniciar el camino hacia el centenario es algo trascendente. Es como empezar, un poco, a repasar el itinerario de todo un siglo de vida.
Y en el caso de la institución aurinegra eso supone recordar (ya llegarán los homenajes) logros deportivos incomparables. Porque si en el fútbol, su disciplina consular, no caben dudas que Olimpo es el club que mayores conquistas le dio a la ciudad (y que tuvo aquí una primacía indiscutida, en el ámbito de la Liga del Sur), el básquetbol, por caso, supo de etapas verdaderamente notables, en la época dorada del emblemático deporte que hizo notoria a Bahía Blanca.
Citamos dos actividades, “de peso” en el historial de la oro y negro. Pero hay muchas que dieron lustre a la institución. El tiempo (en los próximos 12 meses) irá permitiendo desandar el largo camino con cita de ejemplos de aquellos hitos que jalonaron una vida brillante.
¿Cómo empezó la ruta hacia el centenario?. Con una reunión (¿o conferencia de prensa, porque ahora no se sabe si algo es una cosa u otra?), encabezada por el mandamás de la entidad desde hace tres lustros. Sí, Jorge Ledo. Que, parco y cortante como es, no se deshizo en atenciones, pero anduvo cerca, respecto de sus acompañantes en la mesa cabecera.
Seguramente, la diplomacia de esos actos (¿o la hipocresía que campea en ellos?) evitó referirse a hechos discordantes que ahora se dejan de lado, porque viene el mayor cumpleaños en décadas. Es que 100 años no son poca cosa.
Entonces, al presentar a quien, por lo que puede suponerse, encabeza la “comisión de festejos” (Ricardo Rabbione), se obvió decir que tuvo que ver con uno de los peores momentos institucionales de Olimpo (¿se acuerda usted que desembocó en el retiro de la Liga Nacional de básquetbol?).
Tampoco, claro, se recordó el retiro de un emblemático cuadro (la fotografía de los “monstruos”) del ingreso del estadio “Norberto Tomás”, porque uno de los protagonistas, el legendario “Lito”, Atilio José Fruet, estaba en él. Y lo que entonces dijo el presidente no fue precisamente laudatorio para con uno de los ídolos del deporte local.
Nos llamó la atención, también, la presencia de Juan Bazerque, símbolo de uno de los mejores planteles futbolísticos aurinegros. ¿Y por qué?. Porque no hace tanto nos dijo que no conocía el “nuevo Carminatti”.
Se hicieron algunas menciones, como “borrando” algunos episodios no precisamente felices entre algunas notorias figuras olimpienses y la conducción del club en unos 15 años. Se olvidaron otras, como que a la cita no fue invitado un consejero de Olimpo en la Liga del Sur, Luis Faustino Montedónico (miembro decomisión directiva, además), que representó a la entidad por casi unas cuatro décadas.
Hubo, escuchamos, un “ágape” preparado con todos los detalles. Y “besos y abrazos”, como se estila, aunque no se los sienta, en rigor.
Todo parece estar bien, camino de los 100 años de Olimpo que llegarán, inexorablemente, el 15 de octubre de 2010.
No estaría mal que se sinceraran todos. Los unos y los otros. Porque Olimpo no es patrimonio del presidente que lo gobierna desde hace demasiado tiempo. Que hizo mucho, sin duda, pero que no puede abstraerse, olímpicamente, de algunos garrafales errores, que los tuvo, sin duda.
Y lo que es más importante: hay una historia aurinegra que no debe olvidarse. Y ésa, la que conocemos, no la hizo Jorge Ledo. Hace falta buena memoria. Y hasta lo que observamos, hay muy poca…
Y en el caso de la institución aurinegra eso supone recordar (ya llegarán los homenajes) logros deportivos incomparables. Porque si en el fútbol, su disciplina consular, no caben dudas que Olimpo es el club que mayores conquistas le dio a la ciudad (y que tuvo aquí una primacía indiscutida, en el ámbito de la Liga del Sur), el básquetbol, por caso, supo de etapas verdaderamente notables, en la época dorada del emblemático deporte que hizo notoria a Bahía Blanca.
Citamos dos actividades, “de peso” en el historial de la oro y negro. Pero hay muchas que dieron lustre a la institución. El tiempo (en los próximos 12 meses) irá permitiendo desandar el largo camino con cita de ejemplos de aquellos hitos que jalonaron una vida brillante.
¿Cómo empezó la ruta hacia el centenario?. Con una reunión (¿o conferencia de prensa, porque ahora no se sabe si algo es una cosa u otra?), encabezada por el mandamás de la entidad desde hace tres lustros. Sí, Jorge Ledo. Que, parco y cortante como es, no se deshizo en atenciones, pero anduvo cerca, respecto de sus acompañantes en la mesa cabecera.
Seguramente, la diplomacia de esos actos (¿o la hipocresía que campea en ellos?) evitó referirse a hechos discordantes que ahora se dejan de lado, porque viene el mayor cumpleaños en décadas. Es que 100 años no son poca cosa.
Entonces, al presentar a quien, por lo que puede suponerse, encabeza la “comisión de festejos” (Ricardo Rabbione), se obvió decir que tuvo que ver con uno de los peores momentos institucionales de Olimpo (¿se acuerda usted que desembocó en el retiro de la Liga Nacional de básquetbol?).
Tampoco, claro, se recordó el retiro de un emblemático cuadro (la fotografía de los “monstruos”) del ingreso del estadio “Norberto Tomás”, porque uno de los protagonistas, el legendario “Lito”, Atilio José Fruet, estaba en él. Y lo que entonces dijo el presidente no fue precisamente laudatorio para con uno de los ídolos del deporte local.
Nos llamó la atención, también, la presencia de Juan Bazerque, símbolo de uno de los mejores planteles futbolísticos aurinegros. ¿Y por qué?. Porque no hace tanto nos dijo que no conocía el “nuevo Carminatti”.
Se hicieron algunas menciones, como “borrando” algunos episodios no precisamente felices entre algunas notorias figuras olimpienses y la conducción del club en unos 15 años. Se olvidaron otras, como que a la cita no fue invitado un consejero de Olimpo en la Liga del Sur, Luis Faustino Montedónico (miembro decomisión directiva, además), que representó a la entidad por casi unas cuatro décadas.
Hubo, escuchamos, un “ágape” preparado con todos los detalles. Y “besos y abrazos”, como se estila, aunque no se los sienta, en rigor.
Todo parece estar bien, camino de los 100 años de Olimpo que llegarán, inexorablemente, el 15 de octubre de 2010.
No estaría mal que se sinceraran todos. Los unos y los otros. Porque Olimpo no es patrimonio del presidente que lo gobierna desde hace demasiado tiempo. Que hizo mucho, sin duda, pero que no puede abstraerse, olímpicamente, de algunos garrafales errores, que los tuvo, sin duda.
Y lo que es más importante: hay una historia aurinegra que no debe olvidarse. Y ésa, la que conocemos, no la hizo Jorge Ledo. Hace falta buena memoria. Y hasta lo que observamos, hay muy poca…
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