RESPIRO AURINEGRO Y VOLVER A TENER GANAS

No fue un día ni una victoria más, lo de este viernes (17), para Olimpo.

Venía mal el aurinegro (aunque los observadores “acreditados” siempre digan lo contrario, por eso de la obsecuencia, de “no meterse en honduras”; de optar por lo más fácil, que es evitar algún “roce” que traiga “cola” y cosas afines), no sólo desde su pobre suma del Apertura 2011 y su pésimo promedio, que lo sepultó en el fondo de la lista de candidatos “en descenso directo”, sino de una negativa producción de pretemporada (cero más cero ofensivo).

Por eso, y por un historial amargo frente al “Pirata” (recuérdese, sin más, aquella caída de categoría), el triunfo ante Belgrano de Córdoba encerró no pocas reivindicaciones, si se quiere denotarlo de alguna forma poco “convencional”.
De no hacerle un mísero gol a nadie a marcarle 4 a un equipo que arrastraba una sugestiva racha positiva hay no poca diferencia.

Y es más, del otro lado del alambrado olímpico, no eran pocos los que se situaron en el cemento, “para ver qué pasaba”, o una especie de prueba piloto, por ser el debut en casa; y según fuera decidirse por la comodidad de instalarse frente a la pantalla chica, o la “caja boba”, y “sufrir menos”, en el resto de la temporada, viendo al aurinegro por TV y con la posibilidad de hacer “zapping o marcar off”, antes que sufrir, incluso, con la espera que se prolonga después de los partidos, yendo al Carminatti.

Buena paradoja, porque después del 4 a 1 ante el celeste rival, no puede darse sino la decisión de seguir (uno lo hace desde la friolera de 64 años), como antes, como siempre, al “Olimpo de mi (¿su?) vida”.

Por eso, y no es poca cosa, el camino de retorno, sobre las 9 y pico de una noche agobiante por lo pesado del clima, supo a alivio; a satisfacción… y a mal disimulada alegría.

Es que el “dale O, dale, dale O”, pocas veces sonó con tanta carga emotiva hacia adentro de cada corazón olimpiense; de todos y cada uno de aquellos que, lo reconozcan o no, alguna vez cambiaron por el “oro y negro” el color rojo de su sangre.

Si los dioses del Olimpo estuvieron de este lado; o fue el recuerdo de aquellos que hicieron historia, como el “Vasco” Ochoa; el “Ruso” Bosich; Armando León; el “Bicho” Mosconi; o José Hernández, es algo que no pretendemos discernir.

Si en cada una de las “17 finales” que faltan, todos y cada uno de quienes pisan el césped, van a poner lo que pusieron en entrega y juego, este viernes (17), seguramente la historia responderá, también en este 2012, a sus antecedentes.

Entonces, que el aurinegro esté, de cuarta a novena división, mostrando en AFA todo su prestigio, será sólo como en aquellos tiempos en que se ganó, y con la razón de sus triunfos y goles, un lugar entre los mejores, que cristalizó aquella inolvidable tarde-noche del 27 de diciembre del 2001. Desde épocas remotas, estuvimos; cómo no estar ahora, entonces!!!!.

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