BARRACAS CENTRAL CUMPLE 83 AÑOS
El coqueto gimnasio actual del viejo "Bosque" |
Eran otros tiempos, con
cancha de cemento alisado (rojizo), tableros de madera… y a la intemperie, para
gozar en el verano de los partidos del campeonato oficial; y sufrir el frío propio
del invierno, en otros momentos, cuando se jugó en domingos por la mañana.
Barracas, o “El Bosque”,
significó la identidad del barrio, a la par de la parroquia Santa Teresita del
Niño Jesús (que festeja en este 2012 sus 75 años) y la escuela número 5, a la que fuimos en la
primaria (y luciendo hoy, orgullosa, sus 127 años ya).
Recordamos hoy cuando, en
1959, distinguieron al "viejo" (don Ernesto), que llevó "los
libros de socios, de actas y contables”, por muchos años, robándole horas a su
descanso en todo tiempo del año. Le entregaron una medalla y un bellísimo
banderín (de tamaño inusual para entonces), que es un recuerdo de familia, por
lo que representó en su momento para nosotros.
Barracas es hoy, nuevamente,
el club de básquetbol de aquel entonces, buscando reverdecer aquellos viejos
laureles del otro siglo, cuando hizo tabla rasa en el viejo Salón de los
Deportes y ganó sus primeros títulos oficiales de primera división, en las
temporadas 1957 (concluida ya en el 58) con 20 partidos ganados y condición de
invicto; y 1963 (terminada en el 64).
Evocamos a los grandes de
entonces, como Julio Serrano, Dardo y Omar (el “Pato”) Albizu, José Hernández,
Enrique García Pereyra, Edgar Maisterrena; y los cordobeses Hugo Olariaga
(fuera de serie que hizo historia) y Manuel Pérez.
Y no olvidamos aquella
“nueva generación”, con José María Pozuelos, Osvaldo Cavalli, Miguel Torno,
Hugo Bottini y Miguel Angel Chicharro, llevados de la mano por el
“interminable” Dardo Juan José (Albizu) para el segundo logro oficial.
Hay nombres que significaron
mucho, como Julio Donatti (otro centro de excepción); o desde otros ángulos los
Belletti, Rivero, Minitti y Chicharro, como así aquellos de los primeros años,
como los Cárdenas, Contín o “Pipo Cavalli”, entre otros.
Hubo alguien, venido desde
“la otra vereda”, porque fue un rival de aquellos (Estudiantes), como fue
Néstor Francisco Radivoy, el que reunió a los de la casa (liderados por Serrano
y Albizu) en aquella epopeya deportiva del ’57.
Hoy, entremezclados algunos
históricos con una nueva camada, que ha liderado Jaime Linares junto a Oscar
(“El Turco”) Abraham, está de vuelta, después de una veinte de años de
ausencia, en el deporte que lo distinguió: el básquetbol. Y es bueno que así
sea, porque devuelve a la ciudad un club que ha sido emblemático,
fundamentalmente como ejemplo del esfuerzo “de barrio”.
¡Felíz cumpleaños!,
Barracas, de nuestra infancia, y de toda nuestra vida. Y que sean muchos más…
Luis María Serralunga
Luis María Serralunga
Comentarios