EL DEPORTE Y NOSOTR0S: REALIDADES Y RECUERDOS
Se
nos ocurre adecuado –porque aquello que se piensa hay que tratar de
exteriorizarlo, fundamentalmente en esta ciudad presta a reconocer en demasía
algunos hechos; y olvidarse, intencionadamente, de otros– retomar, este domingo
(6), el día de Reyes, un comentario publicado, un día antes (este sábado 5), en
nuestro blog “Zapping de los Medios”, uno de los tres que conforman la edición
digital de LA TRASTIENDA
DE BAHIA, junto a “La Trastienda Deportiva ”.
Un equipo para el recuerdo: Cruz del Sud 1958, con el "Beto" |
Agregábamos,
que “año tras año, el número de edición que le corresponde a cada cita anual ha
sido, cuanto menos, un motivo de polémica. Porque el rico historial de una de
las pruebas atléticas de calle de más antigua vigencia en todo el país (como
que arrancó en 1955 y se mantiene hasta el presente 2013)”,no admite discusión,
debemos agregar ahora.
París
Senesi, promotor natural de ese prestigioso evento, como al descuido, olvida
citar que, en 1983, 30 años exactamente a esta fecha, no se disputó el clásico
circuito, expresamos.
Más
adelante dijimos que “el periodismo, muy afecto a ciertos olvidos, diciendo una
parte de la verdad e ignorando así la otra mitad, omite decir en donde, con la
efectiva participación del Círculo de Periodistas Deportivos (que iniciaba la
celebración de sus 40 años), se generó el Circuito Cruz del Sur, que ganó
Walter Ruiz. Fue en la comúnmente ’ninguneada’ Dirección de Deporte y Turismo
de la Municipalidad de
Bahía Blanca (en tiempos del gobierno de don Víctor Julio Mario Puente), donde
–también desde lo personal– tuvimos bastante que ver”.
Citábamos:
“no olvidamos, y aprovechamos para resaltarla, que activa presencia tuvieron,
en ese instante, Carlos Alberto Almirón y Jorge Palacios. Sería bueno, eso sí,
que alguna vez, porque de eso también se vive, se haga justicia respecto de
quien hizo y qué, en largos años de la vida de la ciudad. Porque en el deporte
(sobre todo en disciplinas no rentadas para aquellas épocas); en el periodismo
(esencialmente) tuvimos cierta ‘gestión’. Algo que a la hora de distinguir a
¡200! por Bicentenario, nadie tuvo en cuenta”.
Hasta
allí, aquello dicho en nuestro sitio digital sobre medios, a propósito de un
“zapping” hecho por ellos.
Ahora,
se nos ocurre discurrir en dos aspectos que mucho tienen que ver con lo ya
apuntado.
En
la noche de este sábado (5) se disputó una nueva edición del clásico Circuito
de Reyes. Imposible negar la trascendencia de la prueba. Sólo el número de
participantes del evento central (2320 se citó) dice claramente cuánto ha “prendido”
la competencia, acrecentando año a año su prestigio y su relevancia.
Ganó
Matías Roth; segundo fue Ulises Sanguinetti; y tercero resultó César Troncoso,
mientrss que en damas la victoria fue para Elisa Cobanea, una histórica
fondista, dicen las crónicas.
Difícilmente
señalen, eso sí, que la caminata, sobre unos 3500 metros tuvo
“cortada” la ciudad en su tránsito en puntos neurálgicos. Y esto nos trae a la
memoria el verdadero escándalo que generó, unos 30 años atrás, que se
programara una prueba ciclística en pleno centro, en torno a la Plaza Rivadavia.
Y sólo porque a algunos (opinólogos incluidos) les molestó un transitorio corte
de circulación en un domingo a principios de la tarde, día de muy menor
movimiento en pleno centro.
Tampoco
aludirán a otras imperfecciones, propias de la concentración del “todo” en una
sola persona, de meritorio esfuerzo, pero que no puede por sí sola “manejar” un
evento de la naturaleza del realizado una vez más.
Pero
como no todo es negativo, bien vale la pena elogiar cómo la gente se volcó a
las calles, en todo el recorrido, para seguir las alternativas de la carrera
pero, fundamentalmente, para aplaudir el esfuerzo de protagonistas de todas las
edades y físicos (desde los estilizados hasta los muy excedidos de peso y
volumen).
Fue
muy bueno ver como se reconoció el paso de los atletas, sin que importase
mayormente la posición. Para ellos, lo importante era llegar; sin que tuviese
demasiado significado en qué lugar.
Fue
es cierto, la noche soñada, donde hasta el clima se asoció para la fiesta.
Aún
así, y resaltando nuevamente todo lo que ha hecho “Chiche” a través de los
años, es bueno plantearse una inquietud: ¿no merece –la prueba- a esta altura de su rico historial es esquema
organizativo de otro nivel?.
Seguramente
que sin su “alma matter” (su mentor por décadas) la cosa no parecería igual.
Pero con él a la cabeza, y sin desechar lo que son Alumni por un lado y la ABA por otro, no cabe otra que
replantear el plan anual de la competencia.
Más
de dos mil participantes –bien a es cierto que a ellos les interesa estar;
correr y no mucho más- estarían exigiendo un poco más, aunque eso se vaya dando
progresivamente.
Y
aclaremos algo, para evitar que haya malos entendidos: que de una vez por
todas, y para siempre, esté aclarado eso del faltante de 1983, poniendo las
cosas en su lugar, algo que ni el propio Senesi ni el periodismo se ocuparon de
hacer.
Vamos
a lo segundo de este comentario: desde lo absolutamente personal (y nos cabe el
derecho), sería bueno que alguna vez se repasaran antecedentes.
A
manera de contribución, porque los “opinólogos” de hoy y cierta dirigencia también, cuando hay
saturación casi de cíclicos y repetidos reconocimientos, no miran un poco hacia
atrás en casos puntuales, se nos ha ocurrido oportuno repasar algunas
alternativas de nuestro propio CV en el deporte (de otros tiempos, claro).
1957: fundador del club atlético y recreativo Cruz
del Sud, enclavado en la esquina de las Thompson y España; y con sede alternativa en
una casa de familia de ese sector de la ciudad. Esta entidad barrial
independiente hizo básquetbol (no federado); fútbol infantil y juvenil;
atletismo; ajedrez; voleibol y softbol. En su equipo de básquet hizo sus
primeros “dibujos” nada más y nada menos que Alberto Pedro Cabrera, símbolo de una época (¿y de todo un milenio?) en el
deporte emblemático de Bahía Blanca.
1957: fundador y presidente de la Liga Deportiva Interparroquial,
propiciada por el consejo de jóvenes de la Acción Católica.
1957 en adelante, alternativamente, integrante de
los consejos directivos de
Asociación Bahiense de Softobl y Béisbol.
Federación Atlética del Sud.
Federación de Ajedrez del Sud.
Asociación de Voleibol del Sur.
Federación Bonaerense de Voleibol.
Confederación Bahiense de Deportes.
1958: promotor de la olimpiada deportiva regional.
1958: miembro de la subcomisión de básquetbol del
club Barracas Central, en el momento del primer título oficial del “Bosque”. Técnico de divisiones infantiles.
1981/1983: director de Deporte y Turismo de la Municipalidad de Bahía
Blanca. :
1983: presidente del comité ejecutivo de la Primera Fiesta Nacional del Básquetbol.
Al reanudarse en estos tiempos, ese evento no fue tenido en cuenta para formar
parte del historial de la nueva fiesta.
Es cierto que los antecedentes se remontan a otros
tiempos. Eran, para ciertas organizaciones, mucho más duros que los actuales.
Pero como se han negado hechos importantes, no se
puede menos que mencionar la rehabilitación, para el deporte, del complejo Las
Tres Villas, fundamentalmente su estadio (originado en los años 50; y por esos
tiempos el segundo de la ciudad); y recuperado para la práctica, esencialmente,
del fútbol infantil.
Más ignorado, pero no menos trascendente en su
dimensión y significado, fue -sobre comienzos de los años ’90- la organización
y ejecución del torneo de fútbol de los exalumnos del Colegio Don Bosco, en la
cancha de baldosas de la esquina de Moreno y Güemes, hoy ubicación del gimnasio
“Domingo Savio”.
Si de eventos de proyección hacia el futuro se
trata, la promoción de los Juegos de Verano 1981/1982, en Las Tres Villas, hizo
lo suyo. También, alguna vez, el desarrollo de torneos infantiles de ajedrez,
de los cuales surgió uno de los más relevantes cultores del juego ciencia de la
época, Jorge Dubín. O de un torneo de atletismo de pista, en el Parque de Mayo
(allí la carrera central fue victoria para Dionisio Bustos); o alguna prueba de
calle gestada (con largada y llegada en el club Porteño, de calle Patricios al
500) por el programa radical “Relieve 1080” (LU3 Radio del Sur); y
ganada por el legendario Víctor Susca.
Un evento “ninguneado”, como otros tantos, fue la
fiesta de 40 años del deporte, el 17 de diciembre de 1983, en los salones del
club Argentino, donde el club Olimpo recibió el trofeo “Cruz de Plata”, como máximo
lauro por su brillante trayectoria futbolística.
Como la función dirigencial en el deporte no fue un
hecho aislado, sino estrechamente ligada, antes y después, a los años en el
periodismo deportivo y de interés general, hubo otros “pequeños sucesos” que
sirvieron, en alguna medida (que no podemos calificar), para dar oportunidad de
desarrollo en tiempos muy diferentes a los actuales.
Se nos ocurre citar ejemplos, válidos, como que alguna
vez, llevamos el softobl a una barriada atípica para esa disciplina, enclavándolo
en el club Villa Mitre; como que sacamos el voleibol del “centro”, llevándolo a
todos lados, con 15 equipos jugando los torneos; y alguna vez también, cuando
se moría, “ayudamos a rescatar” el softbol, con un torneo en Las Tres Villas
(¡memoria!, dirigentes) y con una incesante promoción (1984) en el programa de radio que conducíamos.
Pueden servir (o no) estos simples recuerdos, que se
agregan a esa evocación del Circuito Cruz del Sur del 5 de enero de 1983.
Pero
ha corrido tanto agua bajo los puentes, en décadas, que estimamos oportuno –y nos
asiste el derecho- hacer una quizás exigua enumeración de aquellas “pequeñas
cosas” fue hicimos, muy íntimamente ligadas, no pocas veces, a los 55 años en
el ejercicio del periodismo, nuestra verdadera pasión.
Dicen,
por allí, que uno es esclavo de sus dichos y dueño de sus silencios.
Sabemos
nosotros, íntimamente, que insospechada dimensión tiene eso, como que sufrimos
no pocas veces ese manifestar de una coherencia, en palabras y en actos.
Quizás
pueda ser impropia estada “entrada” en uno de nuestros blogs. Al fin de
cuentas, como es propio, podemos utilizarlo con distintos destinos. Refrescar
la memoria, es uno de ellos.
Luis
María Serralunga
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