OLIMPO EN MOMENTO CRUCIAL
Sí, es sólo un juego, pero
para ganar (¿o a los profesionales les pagan para perder?).
Nicolás Blandi: ¿gestión real o globo de ensayo?. |
más fervientes- como para llorar, habría que tomar a risa aquello que se desprende de ciertas actitudes.
Nos referimos al crucial
momento que vive Olimpo, en la temporada 2013/2014 de la Primera “A” de AFA.
Con cuatro partidos a jugar, su situación es realmente desastrosa. Y lo grave,
ciertamente, es que su DT y el presidente del club no parecen haber tomado
conciencia real sobre lo que está ocurriendo.
Los números son expresivos por
demás: 15 partidos jugados; sólo dos ganados (ante Boca y frente a Vélez
Sarsfield; 5 empates; y 8 derrotas; 13 goles a favor y 24 en contra (el más
goleado); 11 unidades; y el peor promedio (0,733), producto de 11 unidades en
los 15 cotejos.
A esta altura, el aurinegro
está en zona de descenso.
Le restan, hasta la
finalización del Torneo Inicial, cuatro compromisos. El primero de ellos, el
venidero domingo (17) en el Monnumental, ante el alicaído River Plate, que no
da pie con bola y que, por eso, es más riesgoso rival, habida cuenta que los
que vienen mal se han rehabilitado ante el oro y negro.
Después, se sucederán los
enfrentamientos con Rosario Central (en el Carminatti); ante Godoy Cruz, en
Mendoza; y, finalmente, frente a Colón (otro de pobre presente), en el estadio
de Avenida Colón y Angel Brunel.
Hay quienes (el mismo técnico
inclusive) hace fechas ya que vienen jugando al acertijo, hablando de un piso
de 20 puntos al término de esta primera etapa de la temporada. Al paso que van,
casi una utopía. Y eso tiene su razón de ser: el de Olimpo es un equipo sin
alma; sin calidad; sin ideas; y lo que es peor, sin esfuerzo y sin conducción.
El capricho dirigencial -por
hacer ver que aquí es distinto que en otros lados y la suerte de los
adiestradores no está echada por perder algunos partidos- ha mantenido a Walter
Perazzo al frente del equipo. Parece que no se dan cuenta que los puntos
perdidos, uno tras otro, no se recuperan; y que el tránsito en el Final deberá
ser casi milagrosos (poco menos que ganarlo) para salvar la categoría.
Claro, más como “globo de
ensayo” que otra cosa, Alfredo Dagna ha señalado que está tras la incorporación
de Nicolás Blandi, que no es tenido en cuenta por el “virrey” en los xeneizes.
¿Será acaso la mágica solución para las desventuras actuales?. Habrá que ver,
pero entendiendo de antemano que el tiempo perdido, perdido está y no se
recupera.
Un dicho como que “de local
debemos dar más y hacernos respetar” (en palabras de Cristian Trombetta, que
merece todo el respeto, porque fue el único que dio la cara después de la
tercera derrota en fila), suena más a expresión de deseos que a esperanza de
futuro. Pocas veces el elenco olimpiense se mostró tan desguarnecido en su
propio reducto como esta formación.
Lo de Perazzo se inscribe
dentro de aquello que no puede admitirse: encima de ser el conductor de los
contrastes, se muestra fastidiado y con palabras faltas de consideración. Como
eso de “hablo yo y no hay preguntas”, por un lado; o que “respecto del partido,
la derrota fue injusta”; o bien “nos faltaron 6 o 7 jugadores y eso lo
sentimos”.
Aquello de que “hay que seguir
remando”; o “quedan cuatro fechas para el final y debemos preparar el mejor
equipo para ir a enfrentar a River”, huele a un salir del paso consignando lo
que ya se sabe y que sólo es propio del fixture faltante. Y el “eso es todo; gracias y chau”, aparece
casi como una falta de respeto.
Ese es el Olimpo presente. Por
suerte, sobre el 8 de diciembre, se cerrará la verdadera “pesadilla” que
soportan los hinchas, ya demasiado impacientes (con razón) y que manifiestan
con silbidos su descontento.
Perazzo, Dagna y los jugadores, ¡bien gracias!.
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