OLIMPO, DE MAL EN PEOR
Omar De Felippe tiene en su haber el buen antecedente del Clausura 2010. Sólo con lo justo, englobando toda la temporada, consiguió que Olimpo superara el fantasma de la promoción y el descenso directo. Innegable mérito, aunque los que juegan son los futbolistas, no el técnico.
Por esa razón, y sólo por ella, debe concedérsele la alternativa de decir que, ahora, son también los jugadores quienes están en la cancha (también lo estaban cuando obtuvieron el cuarto puesto en la última ronda del ciclo anterior).
Pero ¡cuidado!. No fueron ellos, los que juegan, sino el adiestrador (con más los dirigentes) quienes virtualmente “descabezaron” un plantel que había logrado un nivel de rendimiento más que discreto.
Entonces, que en cuatro fechas (12 puntos posibles) sólo se hayan conseguido 2, no es una cuestión menor, para repartir culpas. Y no puede apelarse al facilismo de decir que hay quienes no entienden el mensaje.
Hay algo que no funciona, sin duda...