OLIMPO: ¿HORA DE CAMBIAR?
Walter Perazzo: no encuentra el rumbo. Que el fútbol es un juego, está bien entendido. Lo ha sido siempre; seguirá siéndolo. Pero he aquí que, sin pretender el lirismo del deporte amateur (que se mantiene en casi todas las disciplinas, aunque en mínimo grado), hay que prestar atención a que, además de juego, es un espectáculo-negocio. Por lo común, en beneficio de unos pocos (los que se suponen protagonistas) y en detrimento de los más. Esto último viene a cuento de algo que se dice, y es bien cierto. Muchas cosas se cambian en la vida, pero hay tres que permanecen inalterables: la “vieja”; la creencia religiosa; y el equipo de fútbol. Está claro que esa expresión del dicho popular tiene algunas adaptaciones, según pasan los años, pero la esencia se mantiene intacta. Como de fútbol se trata, uno podría citar un ejemplo: en otros tiempos, era casi una utopía la presencia del interior en los torneos superiores de AFA (apenas si los de Rosario Santa Fe y La Plata , má...