SE FUE "LITO" FRUET, UN CAUDILLO DE AQUELLOS...
Publicado el 5 de marzo de 2012.
Dicen que no
sabía picar. Dicen... También decían que tenía muchas limitaciones técnicas.
Decían... Pero a la hora de elegir, todos lo querían para su equipo.
Atilio José
Fruet, el "Lito" caudillo de Bahía Blanca, fue un formidable ganador por sobre
todas las cosas.
Don Casimiro
González Trilla una tarde me hablaba en su casa porteña de la calle Alsina de
los grandes jugadores argentinos y se detuvo en Fruet. Rescataba en él, más
allá de su falta de destrezas, un enorme valor para un conjunto: su sola
presencia hacía crecer al máximo el rendimiento de sus compañeros.
Su fuego ganador
puede apreciarse en esta secuencia que se dio en Bahía Blanca. Con
Independiente fue campeón de Tercera un año (1957), ascendió al siguiente de
Segunda a Primera (1958) y consecutivamente ganó el campeonato máximo (1959).
Ahí pasó a Olimpo (1960), el grande de su ciudad, que estaba en Segunda. En mi
memoria tengo que fue por una motoneta... ¡Y volvió a salir campeón y
ascender!
Se retiró, a los
32 años, el viernes 8 febrero de 1974. Sin que nadie lo supiera, lo anunció
tras consagrarse campeón bahiense por 11a. vez al ganarle 52-50 el segundo
desempate al Estudiantes de Beto Cabrera. El dramático partido había tenido el
sello identificatorio de “La Fiera”: convirtió el doble del triunfo y, a quince
segundos del epílogo, robó la pelota que podía significar la igualdad.
Participó en el comienzo
del ciclo de Provincia de Buenos Aires, el más espectacular en la historia del
Campeonato Argentino: fue cinco veces campeón, entre 1966 y 1971.
En 1969 Bill
Américo Brusa, su gran amigo y factótum del básquetbol bahiense, pasó en limpio
el listado de sus competencias de todo tipo ganadas hasta entonces, oficiales y
amistosas. La cifra asusta: ¡70! En la tapa del programa editado para el
acontecimiento se hizo un juego de palabras con la hazaña y su apodo: “Cada
torneo... un “tituLITO”.
En 1963 llamó la
curiosidad de la Selección Argentina, que debía participar en el Sudamericano
de Lima. Cuando llegó, le preguntaron en qué posición jugaba. Vivo del año
cero, hizo un rápido repaso de los lungos preseleccionados -Tito Ballícora,
Caña Desimone, Zoilo Domínguez...- y se dijo: "Si les digo adentro, ¡yo no
juego ni loco!"
Y entonces cambió
su respuesta sobre la marcha: "¡Afuera!, ¡yo juego afuera!".
Ahí debutó
(cuarto puesto) y también participó en el Sudamericano de Montevideo 1969
(tercero).
Intervino en dos
Campeonatos Mundiales: San Pablo 1963 (octavo) y Montevideo 1967 (sexto). En
total jugó 16 partidos mundialistas y promedió 9,25 puntos.
Sin ser su amigo,
mantuvo con Alberto Pedro Cabrera una relación de gran convivencia e inalterable
respeto para hacer de Bahía Blanca la Capital del Básquetbol en nuestro país.
Fue una dupla que congenió de manera estupenda la magia basquetbolística de "Beto" con la fibra temperamental y caudillesca de "Lito".
Con ellos, el
necochense José Ignacio De Lizaso completó un trío de novela.
Su fuerte
personalidad y sus actitudes solidarias le dieron a "Lito" gran ascendencia sobre
el resto. También era un líder para mantener la disciplina del grupo. Si había
que volver a las once de la noche, se encargaba para que el cumplimiento no
sufriera excesos.
No tenga dudas
cuando le pidan un caudillo en la historia del básquetbol argentino: diga "Lito",
diga Fruet.
Fuente: Webasketll, por Osvaldo Ricardo Orcacitas (ORO).
Nota del editor
No alcancé a comprobar, fehacientemente, al autor. Pero sí sé, hoy, 23 de octubre de 2018, que es una nota que resume lo que fue Atilio Fruet.
Se hablará y escribirá mucho sobre él, por estas horas, después de conocerse la triste noticia de su fallecimiento, ocurrido en la madrugada. Habrá (ya las hay) imágenes que traduzcan su historia de triunfos.
Se reseñarán todos sus títulos. Se dirá de su garra, única, para llevar adelante a los equipos que integró: los de Independiente; los de Olimpo; los de la selección bahiense; las del combinado de Provincia de Buenos Aires (multicampeón de los argentinos de otrora) y las de la Selección Nacional, de la que fue capitán.
Sin embargo, lo dicho en el artículoo que antecede, se me ocurre, es la más elocuente descripción de quien fue gestor de una epopeya deportiva que, años después, hizo historia con la Generación Dorada plena de bahienses.
El, "Lito", junto a "Beto" Cabrera y "Polo" De Lizaso, resume, en síntesis, por qué Bahía Blanca es la Capital del Básquetbol. Sólo con un gran espíritu se llega a proezas.
"Lito lo tuvo y por eso fue una gloria... Ya es una leyenda.
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